martes, 20 de noviembre de 2007

Κωνσταντίνος Πέτρου Καβάφης


Para inaugurar el blog les traigo un un poeta greigo, nacido en Alejandría Egipto.
Leamos pues a Κωνσταντίνος Πέτρου Καβάφης (Konstantinos Petrou Kavafis)




MELANCOLÍA DE JASON CLEANDRO,

POETA DE KOMANEGE, 595 d.n.e.


El envejecer de mi cuerpo y de mi rostro

es la herida de un espantoso cuchillo.

No tengo la menor renignación.

A ti acudo arte de la poesía,

que algo sabes de remedios;

intentos para aturdir el dolor

con la Fantasía y la Palabra.


Es la herida de un cuchillo espantoso.

Haz llegar tus remedios, arte de la poesía,

para que, al menos por un instatente,

no se sienta la herida.



GRISES

Mirando un ópalo
recordé unos hermosos ojos grises
que había visto hará unos veinte años...

Nos amamos un mes.
Marchó después a Esmirna, creo,
a trabajar allí y no nos vimos más.

Se habrán empañado -si vive- aquellos ojos;
ajado estará aquel rostro hermoso...

Guárdalos tú, memoria mía, como eran.
Y cuanto de mi amor puedas, memoria,
cuanto puedas, tráemelo de nuevo
esta noche.

Versión de Pedro Bádenas de la Peña


HE DADO AL ARTE

Me siento y medito. He dado al Arte

deseos, sensaciones, ciertos entrevistos
rostros o líneas, la insegura imagen
de amores incompletos. Dejad que a él me entregue.
El Arte sabe dar forma a la Belleza,
con toque imperceptible completando la vida
combinando impresiones, combinando los días.

Versión de José Ángel Valen


ITACA


Cuando emprendas el viaje a Itaca
ruega que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de descubrimientos.
A Lestrigones, Cíclopes,
al colérico Poseidón
no temas,
jamás hallarás tales seres en tu camino,
si tu pensar es elevado,
si selecta es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los Lestrigones ni a los Cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no lo llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante tí.

Ruega que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos antes nunca vistos.
Podrías detenerte en los mercados de Fenicia
y comprar hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano y
toda suerte de perfumes sensuales,
adquiere tanto como puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
y no dejes de aprender de sus sabios.

Que siempre Itaca esté en tu pensamiento.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años y atracar,
viejo ya, en la isla, enriquecido
de cuanto ganaste en el camino
sin aguardar a que Itaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la encuentres pobre, no creas Itaca te ha engañado.
Sabio como te has vuelto, tan pleno de experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.



HACE MUCHO TIEMPO


Quisiera hablar de este recuerdo,

pero la siento tan desvenecido -como si ya nada quedara-

pues fue hace mucho tiempo, en mi adolescendia.

Una piel como el jazmín...
aquella tarde de agosto -¿era agosto?-
aún puedo recordar los ojos: azules, creo que eran...

Ah sí, azules: de un azul zafiro.



VOCES

Ideales y profundamente amadas voces
de aquellos que murieron, o de quienes
se perdieron para nosotros como los muertos.

A veces nos hablan en los sueños;
a veces, pensando, la mente los escucha.

Y por un momento con su eco otros ecos
regresan desde la primera poesía de nuestra vida,
como música que extinguieran las lejanas tinieblas.

Versión de Eduardo López



UNA NOCHE

La habitación pobre y vulgar,
escondida en los altos de la taberna equívoca.
Desde la ventana la calleja,
estrecha y sucia.
Y las voces abajo de unos cuantos obreros
distrayendo su tiempo con las cartas.

Y allí, sobre aquel lecho ordinario y humilde,
el cuerpo tuve del amor, los labios
voluptuosos de la embriaguez, purpúreos
de tal embriaguez que cuando ahora,
después de tantos años, esto escribo

en mi casa vacía me embriago de nuevo.

Versión de José Ángel Valente


No hay comentarios: